En tan sólo unos minutos saldré a tu encuentro.
En tan sólo unos minutos me mostraré ante ti, sin nada más qué mi voz y mi pregón, para demostrar a mis hermanos que sólo en tu compañía, Candelaria, encontramos la alegría para vivir cada día.
En tan sólo unos minutos llevaré ante ti a mi familia, para que cómo hiciste un día conmigo, a ellos por siempre los bendigas.
En tan sólo unos minutos, Candelaria, te ofreceré de nuevo mi vida.
En tus manos me encomiendo; una vez más.
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Grandes palabras de un poeta que nos hizo vibrar ayer en San Francisco con su arte y su amor a la Candelaria. Yo quisiera decirle que enhorabuena por lo que dijo y como lo dijo ya que no pude hacerlo en persona anoche, San Juan escribió: “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero”. Jn 21,24 y tu fuiste anoche ese discípulo de la Virgen de la Candelaria, enhorabuena.
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