Cuando en 1722 se funda la Hermandad del Vía Crucis, Calvario y Santo Sepulcro, se establece en sus reglas el visitar el Calvario del Marrubial cada viernes del año, con el fin de conmemorar la Vía Sacra de Jesús. Este Calvario del Marrubial, desaparecido hoy en día, se encontraba en lo que hoy se conoce como Sagunto, siendo visto por Ramírez de Arellano de la siguiente manera:
En el Marrubial y cercano a la puerta de Plasencia hemos conocido un calvario costeado por la hermandad de Jesús, en San Lorenzo, la que todos los años le hacía los reparos indispensables.En este egido se reúnen para formar uno solo los arroyos de las Piedras, Matadero, Hormiguita, Camello y Casitas Blancas; dos de ellos casi rodean una gran cruz de piedra conocida por la del Padre Roelas, erigida donde este venerable tuvo la suerte de que se le apareciese nuestro custodio el Arcángel San Rafael acompañado de los mártires de Córdoba, como en este mismo paseo explicaremos.Casi frente de la expresada cruz está situado el hermoso jardín de Miraflores, costeado por el señor don Juan de Dios Manrique, marqués de Villaverde, bajo la acertada dirección del notable floricultor don Manuel Corrales, quien ha logrado aclimatar y aun propagar multitud de plantas que eran desconocidas entre los jardineros cordobeses. Hay varios invernáculos hábilmente preparados, un curioso laberinto, los escudos de aquella familia hechos de boj, y otra porción de curiosidades que llaman la atención de cuantos visitan aquel delicioso recinto. En el centro de una de las fuentes hay una mediana estatua de Aqueronte, vaciada por el escultor contemporáneo don Antonio Poz, de quien anotaremos otras obras.
El Marrubial, litografía de George Vivian de 1888
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