Hace varios días me contaron la anécdota de un alumno del colegio de mis niños que le dijo en la última evaluación a su madre:
-Mamá, tengo dos noticias. Una mala y la otra muy buena. La mala es que he suspendido, pero la buena es que ya he encontrado el jersey que había perdido.
"Manolito" (podríamos llamarlo así) pensaba que hablando del jersey, aquél por cuya pérdida su madre se enfadó días antes, el hecho de haber suspendido pasaría a un segundo plano o, incluso, desapercibido. Tal vez entendiendo que la parte económica era la más importante; tanto como para olvidar que al colegio se va a aprender y, si se puede, a aprobar. El encontrar algo perdido es siempre bueno, pero supongo que todo convenimos que a la madre el día importante, el de las notas, lo que menos le importaría sería el jersey que tal vez ya daba incluso por perdido. Sobre todo viendo el fracaso de la esencia escolar.