martes, 3 de mayo de 2016

De crisis financieras y la Virgen de Linares

Faltaban poco más de 4 meses para que Isabel II, la "Reina de los tristes destinos", abandonara España, subida en un tren, desde San Sebastián, camino del exilio. La Gloriosa, la revolución que desencadenó aquel exilio, venía precedida de varias crisis tanto financieras como de recursos.

La Guerra de Secesión norteamericana (1861-1865) provocó una enorme carestía de algodón que afectó enormemente a la industria textil catalana. Poco después se vivió en España la primera crisis financiera del capitalismo español al no cumplirse las expectativas de tráficos ferroviarios, lo que provocó un enorme quebranto económico no sólo para las propias compañías ferroviarias sino también para los bancos y sociedades de crédito que en ellas invirtieron.

Nuestra Señora la Purísima Concepción de Linares

Y por si todo ello fuera poco, las malas cosechas de 1867 y 1868 trajeron a la nación una nueva crisis, en esta ocasión de subsistencia, dejando a la mayoría de la población española sin productos tan básicos como el pan. En ciudades tan cercanas como Sevilla o Granada se produjeron levantamientos populares ante las desmesuradas crecidas en el precio del pan, lo que se agravó con la situación de paro generalizada debido a las crisis financieras descritas anteriormente (mayoritariamente en sectores como las obras públicas, principalmente el ferrocarril, y la construcción).

Córdoba no era ajena a esta grave situación y gracias a la propuesta de varios labradores se consiguió organizar una procesión en rogativas por la tan necesaria lluvia, tal día como hoy, 3 de mayo, de 1868. De los frutos del campo vivía una ciudad que apenas llegaba a 50.000 habitantes, siendo conocida la relación de los agricultores y olivareros mantenían con hermandades como el Huerto, Fuensanta o Pasión (por entonces hermandad de Nuestra Señora de la Paz), por poner algunos ejemplos.

De esta manera, hoy hace 148 años, la imagen de la Conquistadora de Córdoba salió de su Santuario para recorrer "el camino de la azuda, vegueta y callejón de Fuentes" hasta regresar de nuevo a su templo, describiéndonos las crónicas cómo sobre el campo cordobés comenzó a llover a las once de la noche de ese mismo día.

Los beneficios sobre el campo cordobés de la ansiada lluvia fueron muchos, decidiendo la hermandad el día 7 de mayo de 1868 organizar una solemne fiesta a la Santísima Virgen la mañana del 10 de mayo de ese mismo año, con Te Deum en acción de gracias por "haber llovido abundantemente", cerrándose los actos con una sesión de fuegos de artificio.

Según algunos escritos, como los de don Enrique Redel, la imagen de la Santísima Virgen volvió a procesionarse por los alrededores del Santuario una vez acabada al fiesta religiosa, en señal de reconocimiento.



2 comentarios:

  1. Y desde entonces lo sigue haciendo el domingo siguiente a su romería.

    ResponderEliminar
  2. Y desde entonces lo sigue haciendo el domingo siguiente a su romería.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...