El valor de lo invaluable

Hace tan sólo unos días podíamos leer en El Correo de Andalucía la iniciativa de la Hermandad de la Candelaria de Sevilla de medir y analizar con modelos tridimensionales de la talla de Nuestro Padre Jesús de la Salud, con más de 15.000 puntos de cálculo, la incidencia que sobre la imagen tienen las levantás y arriás del paso. Recordamos que esta hermandad lleva cerca de dos décadas levantando el paso del Señor a pulso aliviado por recomendación del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, lo que supondrá un cambio radical en la estética de dicha imagen en la calle.

El físico Joaquín Ceballos delante de su modelo tridimensional. Fotografría: El correo de Andalucía

El autor del actual estudio es el físico sevillano Joaquín Ceballos, hermano de la hermandad sevillana y listero de su paso de Cristo, quien basándose en la teoría de tensión máxima de Von Misses, llegó a la conclusión de que la imagen, en el peor de los escenario, sufriría tensiones en la zona del ombligo, por ser la más estrecha, si bien siempre sería lejos de la base; donde aparecieron las grietas que llevaron la llevaron al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico en 1996.

Modelo Tridimensional de la imagen del Señor de la Salud de la Candelaria. Fotografía: El Correo de Andalucía

La idea, lejos de ser buena por la posible recuperación de las levantás al cielo (aprobada por Junta de Gobierno tras analizar los resultado del estudio de Ceballos) lo es por la aplicación de tecnologías actuales a nuestro patrimonio en pos de su mantenimiento o recuperación.

Relacionada con esta noticia nos encontramos hoy en ABC el desarrollo de modelos tridimensionales de los titulares de la Hermandad de la Misericordia de Córdoba. Para ello una empresa cordobesa ha realizado un escaneo de ambas imágenes, con una precisión absoluta, que permitiría crear réplicas exactas en el supuesto de pérdidas irreparables en alguna de ambas tallas, o de alguna de sus partes . Para ello se han utilizado cámaras volumétricas con capacidad de captar volúmenes por debajo incluso de las micras, lo que otorga a este sistema de una bondad extraordinaria.

Momento del escaneado del Santísimo Cristo de la Misericordia. Fotografía: ABC

Ambas iniciativas son completamente admirables y deberían ser aplaudidas no sólo por creyentes y cofrades, sino por cualquier persona interesada en arte, cultura y folclore (sí, sí, no se me asuste, que el folclore incluye las artesanías tradicionales de un pueblo). De hecho deberían ser estos últimos, los interesados en el arte y la cultura, los más interesados pues los que únicamente se consideran devotos pueden llegar a sentir devoción por una réplica tras la pérdida de una imagen titular, aún cuando ésta no fuera ni por asomo parecida a la primera (y con independencia de que pudiera no olvidarse la anterior, claro está). En la historia podemos encontrar múltiples ejemplos de ello.

Sin embargo habría que recordar un aspecto no siempre tan valorado, aún cuando se constituye como uno de los mayores activos de nuestras hermandades. En muchas de ellas se conservan documentos de un valor extraordinario, tanto cofrade, como histórico o cultural, si bien no en todas las ocasiones se mantienen perfectamente catalogados, custodiados o incluso digitalizados; de manera que pudieran obtenerse facsímiles en el supuesto de pérdida. Si bien su contenido pudiera haber sido analizado por diversos investigadores, y a diferencia de lo que ocurre con las imágenes sagradas donde el valor trasciende de lo material, su valor queda sobre todo en lo físico, por lo que una posible pérdida nos dejaría sin la posibilidad de disfrutar de ellos. De su contenido quedarán siempre sus estudios, si bien la hipotética pérdida del continente debería ser analizada y tratada por todas nuestras hermandades.

¿Pero qué es exactamente lo que habría que custodiar mejor? ¿Todo aquello que supere el siglo de antigüedad? ¿Lo que comience a amarillear? No seré yo quien sepa, ni pueda, establecer el criterio correcto, aunque tras mis estudios en diversas hermandades comienzo a temer que los que puedan investigar en un futuro nuestra Semana Santa no tengan nada que analizar sobre lo que hoy llamamos actualidad.

Por cierto, cofrade cordobés, puede usted quedar tranquilo de que no es una excepción. Investigadores de prácticamente toda Andalucía me confirman que este es un mal generalizado de toda nuestra comunidad... será por aquello de la era sin papeles o el respeto al medio ambiente.

David S. Pinto Sáez