sábado, 18 de septiembre de 2010

Carta Pastoral del Obispo de Córdoba

Carta Pastoral

de MONS. DEMETRIO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ,

Obispo de Córdoba, al inicio del año pastoral 2010-2011

Queridos hermanos, queridos hijos:

En el segundo curso del Plan pastoral diocesano

Al comenzar el nuevo curso 2010-2011, conviene que tengamos presentes algunas pautas comunes en nuestra pastoral diocesana. Son como acentos o subrayados a la pastoral ordinaria, que es la que llena nuestras agendas y nuestro calendario. El anuncio del Evangelio y la catequesis en todas sus formas, el culto a Dios en la celebración de la liturgia y particularmente en la Eucaristía, y el testimonio de caridad entre nosotros y hacia los necesitados, son como los ejes constantes de la acción pastoral en nuestras parroquias y en toda la diócesis.

«No se trata, pues, de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste. Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas, aunque tiene cuenta del tiempo y de la cultura para un verdadero diálogo y una comunicación eficaz. Este programa de siempre es el nuestro para el tercer milenio.

Sin embargo, es necesario que el programa formule orientaciones pastorales adecuadas a las condiciones de cada comunidad. […] En las Iglesias locales es donde se pueden establecer aquellas indicaciones programáticas concretas —objetivos y métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los medios necesarios— que permiten que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos en la sociedad y en la cultura.

Por tanto, exhorto ardientemente a los Pastores de las Iglesias particulares a que, ayudados por la participación de los diversos sectores del Pueblo de Dios, señalen las etapas del camino futuro, sintonizando las opciones de cada Comunidad diocesana con las de las Iglesias colindantes y con las de la Iglesia universal» (Novo millennio ineunte, 29). La fecha que lo encuadra todo cada año es la fecha de la Pascua. Este año, el 24 de abril. Cada año en esta fecha celebramos el misterio central de nuestra fe: que Cristo ha muerto y ha resucitado. Y cada domingo renovamos esa misma Pascua semanal en torno a Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía, presencia, sacrificio y banquete del Señor. Es la liturgia celebrada y vivida la que hace presente el misterio de Dios en la historia, abriendo la historia humana a la eternidad. Es la liturgia la que prolonga la encarnación redentora para bien de todos los hombres. Es la liturgia la que convierte el tiempo (kronos) en gracia (kairos), en historia de salvación. Es la liturgia la que nos convoca en Asamblea santa, Pueblo sacerdotal para vivir el mandamiento del amor fraterno.

Enmarcados en el Plan pastoral 2008-2012, Permaneced en mi amor (Jn 15,9), aprobado por mi predecesor Mons. Juan José Asenjo en noviembre de 2008 y que asumo plenamente, durante el curso que ahora comenzamos hemos de acentuar el segundo objetivo de este trienio: “La Eucaristía, fuente de la comunión y de la misión eclesial”. “La Liturgia [y particularmente la Eucaristía] es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza” (SC 10).

Este año nos fijamos especialmente en cómo la Eucaristía edifica la Iglesia1, la cohesiona internamente en un movimiento permanente de sístole, que la hace vivir en la comunión, y en cómo la Eucaristía dinamiza la vida y la actividad de la Iglesia en un movimiento permanente de diástole que la impulsa a la misión. Comunión y misión.

Sístole y diástole que van íntimamente relacionadas, y que se alimentan permanentemente de la Eucaristía, de Cristo prolongado en este sacramento...*

* Para leer toda la Carta Pastoral visita la web de la Diócesis de Córdoba

Fuente: http://www.diocesisdecordoba.com/

1 comentario:

  1. Secundo las palabras de nuestro querido Obispo.

    No se trata de inventar un nuevo programa. El programa ya existe.

    Llevamos 2000 años con él.

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