Leyendo sobre la historia de nuestra ciudad, llegamos a la conclusión de que la iglesia de San Francisco y la Cruz del Rastro comparten parte de su historia; y no sólo por la cercanía de sus respectivos emplazamientos, sino por varios episodios que distan más de 450 años entre sí.
El primero ocurrió en 1473, en concreto durante la tarde del Jueves Santo. Se cuenta que al paso de la hermandad de la Caridad, desde un balcón se arrojó un líquido pestilente sobre las andas, provocando unas revueltas contra los judíos que obligó a intervenir a don Alonso de Aguilar, hermano mayor del Gran Capitán. La historia es conocida por todos, estando descrita con todo detalle en obras como Paseos por Córdoba así como en multitud de páginas webs, por lo que no distraeremos la atención de los detalles objeto de este artículo.
Bendición de la Cruz del Rastro. 24 de agosto de 1927 |
Pasados los 4 días que duró el motín y apaciguados los ánimos, la Hermandad de la Caridad decidió instalar la famosa Cruz del Rastro así como una lápida conmemorativa en recuerdo de don Alonso de Aguilar, en el patio de San Francisco.
Y aquí que comienzan las casualidades (para los que crean en ellas).
Corría el año 1927 cuando los dos lugares ya mencionados, los patios de San Francisco y la Cruz del Rastro, vuelven a hermanarse. De esta manera el miércoles 24 de agosto de hace ahora 88 años, se bendijo una nueva cruz en el lugar de donde había desaparecido años atrás, realizada por el cordobés "Rafaelito" Romero Pellicer en el taller de don José Álvarez. Asentada en un severo pedestal de mármol negro, recordaba a las cruces que las señoras mayores portaban sobre su pecho, siendo del agrado de los asistentes.
La bendición la realizó el párroco de San Francisco, don Carlos Romero Barral (el mismo que trajo dos años antes la Cabalgata de los Reyes Magos a Córdoba), quien tras arrodillarse comprobó cómo las niñas del Ava María arrojaban ramos de flores según lo esperado.
Así se cerraba unos actos que contaron con la presencia de las representaciones civiles y religosas de nuestra ciudad, y que comenzaba poco antes en los Patios de San Francisco con la bendición del azulejo de la Virgen de los Plateros (réplica de la pintada por Valdés Leal por encargo del gremio de los plateros) así como del por entonces denominado Jardín de los Plateros.
Azulejo de la Virgen de los Plateros, durante los días previos a su bendición el 24 de agosto de 1927 |
El acto comenzaría a las siete y media de la tarde, rodeando el azulejo (tapado por un docel rojo) las niñas del colegio así como las bandas de cornetas y música del Ave María. Junto a ellos el párroco de San Francisco y San Eulogio, el alcalde de la ciudad don Francisco Santoalla Natera, varios concejales, el presidente del Ilustre Colegio de Plateros de Córdoba don Mariano Salinas Diéguez, el comisario regio de Bellas Artes don Enrique Romero de Torres y un larguísimo etcétera que daba representación a lo mejor de la sociedad de la época.
¿Pero... dónde está la casualidad? Pues a parte de coincidir dos actos de bendición en los mismos lugares donde en su día la Hermandad de la Caridad instaló la lápida y la primitiva Cruz del Rastro, en el hecho de que el nombre de don Alonso de Aguilar volvió a ser protagonista; aunque en esta ocasión no nos refiramos el mismo que en su día acabó con las revueltas entre cristianos y judíos y conversos.
Por las cosas del destino durante le bendición se recordó y nombró a Alonso Aguilar, orfebre cordobés que fuera nombrado maestro del gremio de los plateros en 1709 y en el que ejerció el cargo de alcalde entre los años 1723 y 1725. Dicho orfebre fue nombrado en el artículo publicado el pasado en Costaleros del Calvario el pasado 19 de junio bajo el título "Orfebre Bernabé García de los Reyes (I)", por ser el maestro y suegro de este otro gran platero cordobés.
Bendición del Azulejo y patio de la Virgen de los Plateros. 24 de agosto de 1927 |
Tras las dos bendiciones (azulejo y cruz) se ofreció un pequeño convite por parte del presidente del gremio consistente en vino y dulces, así como la correspondiente invitación a dulces a los niños y niñas participantes en el acto, por parte del alcalde de la ciudad.
Para finalizar la jornada, pasadas las 11 de la noche la banda municipal de música ofreció un concierto en en recién inaugurado patio, coincidiendo con el concierto que la banda de música del Ave María ofreció a los pies de la Cruz del Rastro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario