"El destino de mis hijos era ser poco tiempo niños en la tierra". Con esa demoledora frase hablaba Ruth Ortiz al pueblo de Córdoba, ayer, durante la Misa celebrada en recuerdo de sus dos hijos, tristemente desaparecidos hace casi un año.
A todos los que somos mamás y papás se nos encogió el corazón al escuchar esta frase, como a los más de 2000 fieles que se congregaron ayer en la Catedral de Córdoba, pues demuestra la aceptación de una madre que ha perdido lo que más se puede querer. Ruth nos ofreció a todos una verdadera lección de Fe y Esperanza, sabedora de que sus hijos ya gozan de la Gloria Eterna.
"Sabemos que estos niños, Ruth y José, no han desaparecido para siempre. No. Están vivos. Su alma no ha sido pulverizada por las llamas, porque su alma es inmortal", fueron las palabras de don Demetrio Fernández, obispo de nuestra diócesis.
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