Y escuché otra voz del cielo que decía: “salid de la ciudad de
Babilonia, pueblo mío, no te hagas cómplice de sus pecados para que no tengas
que compartir sus castigos” (Ap 18,4)
Perdona, Señor, nuestra complicidad con los pecados e insensateces de nuestra sociedad.
Perdona, Señor, nuestra complicidad con los pecados e insensateces de nuestra sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario