Terminamos hoy nuestro paseo por el Convento de los Padres de Gracia con varios apuntes bastante interesantes
El convento es bastante capaz, con tres pisos de fea e irregular construcción, bajos de techos, angostos y con muchas e incómodas escaleras. Cuando la exclaustración quedó sin objeto. Después fue destinado a presidio, que duró dos o tres años, hasta que en 1843 el Ayuntamiento pidió la supresión, en perjuicio de los intereses de Córdoba y principalmente de aquel barrio, al que alguna vida prestaba. Con posterioridad se colocaron en el piso bajo los caballos sementales, quedando el resto abandonado y convirtiéndose en ruinas, sucediendo en este tiempo que muchos lo pedían y nada se hacía en él, hasta que en 1866 vinieron tres sacerdotes que se decían trinitarios con la idea de volver a erigirlo en convento, lo cual no tuvo eco en los cordobeses. También sirvió de hospital de coléricos en las invasiones de 1855, 56 y 60, y en 1868 de hospital de sangre para los heridos que resultaron de la batalla de Alcolea en la tarde del día 28 de septiembre.
La batalla de Alcolea de la que habla nuestro querido cronista, tuvo unas consecuencias desastrosas en la vida cofrade de esta ciudad. Cuando los militares Prim y Topete comenzaron la marcha desde Cádiz hacia Madrid el 19 de septiembre de 1868, con el objetivo de derrocar a la Reina Isabell II, se encontraron en el puente de Alcolea con las tropas realistas de Manuel Pavía y Lacy. Allí se libró la batalla el 28 de septiembre y tras caer la victoria del lado de los revolucionarios y llegar las noticias rápidamente a Madrid, tanto la corte como la propia reina Isabell II emprendieron el exilio francés, comenzando así el Sexenio Democrático o Revolucionario.
A partir de ese momento (septiembre 1868) y hasta la Restauración Borbónica con Alfonso XII (diciembre 1874), se suprimieron las procesiones en nuestra ciudad, con la excepción de 1872, año en el que sí que salió la procesión oficial del Santo Entierro el Viernes Santo, con la participación entre otras de la imagen de Jesús Nazareno de la Parroquia de San Lorenzo (Calvario).
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