Hace tan sólo unos días nos acercábamos a la figura de San Juan de Ávila, que si bien nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, pasó parte de su vida en nuestra provincia, donde finalmente murió.
Curiosamente coincidió en tiempo y lugar con San Francisco Solano, fraile y sacerdote franciscano que nació en Montilla (bautizado en la Parroquia de Santiago de dicha villa cordobesa) y que murió en Lima en 1610, donde pasó más de 20 años predicando la fe cristiana.
Para conmemorar el 400 aniversario de su muerte, el Papa Benedicto XVI concedió a nuestra diócesis un año Jubilar, con un cartel de actos, no sólo en Montilla, sino en todo el mundo con especial atención a Perú, Argentina, Bolivia y Paraguay, donde el Santo pasó los últimos 20 años de su vida. Los actos comenzaron el 14 de julio de 2009, para finalizar el 14 de julio de 2010, día en el que se cumplieron 400 años de su muerte.
Y es que tal es la importancia de este Santo cordobés, que no sólo es patrón, evidentemente, de su pueblo, Montilla, sino que lo es igualmente de capitales tan importantes como Lima, Potosí, Cartagena de Indias, Santiago de Chile o La Habana.
Como curiosidad, cuenta la historia, que un lugar cercano a Lucena, coincideiron algunas veces ambos Santos, hecho que con el tiempo dió nombre a aquel lugar; "Los Santos". No obstante, su relación no pudo ser muy larga, pues San Juan de Ávila falleció cuando San Francisco Solano contaba con tan sólo 20 años. Así lo dice la historia y así lo recuerdan autores como Manuel Cobos en su obra "Historia de la hostelería de Córdoba". Lástima que actualmente se asocie este nombre de "Los Santos" a otras actividades menos evangelizadoras.
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