Un sábado más, los pasos me encaminaban por la antigua calle del Sol hacia la portada de la Iglesia de Madre de Dios. La puerta que abre el barrio de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Fuensanta, se erige una semana más rodeada de esa pesadilla que nos haga presenciar su desaparición algún día de estos por culpa de la dejadez humana. Hoy, sin embargo, su portada aparecía limpia de arbustos y hojas de las dos palmeras que parecen vigilar que nadie se atreva a pasar esos muros si sus intenciones no son sanas.
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| Día 17 de marzo de 2012 |
Esa nueva imagen me hacía reflexionar sobre una necesidad que las hermandades cordobesas reclaman en silencio desde sus pequeñas sedes, salvo contadas excepciones, a la que nuestra hermandad del Calvario no es ajena.
Se imaginan ustedes un museo permanente, en el cual se exhibiera todo el año el paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario, los varales o candelería del paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor o las primeras reglas de nuestra hermandad datadas en 1722 . Hasta ahí podríamos hablar de piezas importantes del patrimonio de nuestra cofradía. Pero que hay de las imágenes secundarias de los pasos de misterio de nuestra ciudad que aguardan escondidas en fondos de armario, o magníficas sayas, mantos, coronas, túnicas que visten a las Imágenes Titulares y que pasan el año colgadas en perchas o guardadas en cajones bajo llave, libros de reglas o poder disfrutar de toda la cartelería oficial de nuestra Semana Santa. Admirar tranquilamente los pasos de palio de la Virgen del Rosario, la Reina de los Mártires y recordar los tiempos en los que la urna donada por el Ayuntamiento servía de última morada a Nuestro Señor Jesucristo.
Sin duda alguna, un lugar de las características de este Templo dotaría a la ciudad de un museo distinto que podría albergar un número de piezas de gran valor artístico y de un gran valor sentimental y espiritual. Y por que no decirlo abiertamente, la ciudad devolvería a las hermandades tanto bien que Córdoba ha recibido de ellas.
En fin, la solución está en manos de otros, pero con permiso de don Pedro, los sueños, sueños son.
En fin, la solución está en manos de otros, pero con permiso de don Pedro, los sueños, sueños son.
Qué gran razón tiene esta entrada. Ahora que muchas ciudades se están planteando la NE-CE-SI-DAD de establecer un museo en el que, por un lado poder organizar un espacio donde custodiar esta parte de la historia de cada ciudad, posibilitando su contemplación, estudio y entendimiento, así como por otra salvaguardar dicho patrimonio de las miradas "indiscretas", ¿Qué mejor que retomar este viejo proyecto?
ResponderEliminarAyer mismo, no fueron pocas las fotografías que se hicieron al paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario durante su mudá a la iglesia de San Lorenzo por parte de algunos turistas que se lo encontraron de casualidad (por suerte para ellos, nadie prohibió esta mudá a plena luz del día). Con total seguridad, de haber estado expuesto en un museo, con su documentación para la correcta interpretación, la imagen que se hubieran llevado, hubiera sido incluso, si cabe, algo más completa, y para aquellos que siempre reclaman un aspecto económico en todo lo cofrade (como si fuese necesario), se hubiera podido incluso cobrar una pequeña tasa por entrada.
Tras su retirada de las calles de Córdoba, un museo cofrade sería también el lugar idóneo para la custodia y exposición de aquellas imágenes secundarias que dejaron de procesionar hace tiempo, como bien dice el artículo, y como ejemplo, la magnífica urna de madera de ébano que regalara el ayuntamiento, como bien se ha dicho, obra de Juan Villaplana, con las incrustaciones de plata, regalo a su vez de la Condesa de Cárdenas, doña Julia González Abreu.
El paso de cordobán que Juan Martínez Cerrillo realizó para Nuestro Padre Jesús de las Penas. Los bordados del palio que lució a mitad del siglo XX la Virgen de las Angustias y que posteriormente pasaron al manto de la Virgen de la Piedad. Hay tantas cosas que no debieran quedar en el olvido o los libros...