jueves, 13 de septiembre de 2012

La Virgen de la Tizná, de Jerez del Marquesado (Granada)

Aunque pudiera parecer mentira, lo cierto es que a día de hoy, en pleno siglo XXI, aún hay quien no cree en Dios. Esta frase pudiera haber sorprendido a más de uno, pero es cierto (en Costaleros del Calvario no nos inventamos nada). Tanto es así que en algunas ocasiones se puede oír como hay quien espera que se le certifique la existencia de Dios, tal vez a través de un notario, como paso previo a su fe.

Y repetimos que es increíble que a día de hoy haya quien no tenga fe, pues esa certificación bajo testigos y notarios, ya se dio hace mucho tiempo en Andalucía, concretamente en Jerez del Marquesado, cuya historia (que no leyenda) es la siguiente.

Iglesia Nuestra Señora de la Anunciación. Jerez del Marquesado
Corría el año de 1653, en concreto el 18 de junio, cuando sobre Jerez del Marquesado apareció una tormenta de viento y granizo que amenazaba con arruinar las cosechas y el propio pueblo, pues se trataba de un pueblo eminentemente agrícola. Para evitarlo, en Jerez era costumbre hacer sonar las campanas según una cadencia determinaba denominada "a tomerta" o a "nublo" que indicaba a todos los pobladores la necesidad de acudir a la iglesia para rogar por la intercesión del Altísimo.

Campanario Iglesia Nuestra Señora de la Anunciación. Jerez del Marquesado
De esta manera, cuando aquella tarde del 18 de junio de 1653 comenzó la tormenta, tres niños, los monaguillos Alonso, hijo de Luis de Alcalá; Juan, hijo de Pedro de Sierra y Bartolo, hijo de Francisco Rabelo, subieron a lo más alto del campanario para tocar "a nublo" o "a tormenta". Se encontraba la iglesia llena cuando un rayo impactó directamente sobre la torre destrozando una torre de madera que se encontraba envuelta en un lienzo blanco. Inmediatamente después, el rayo se dividió en dos, atravesando uno de ellos el capitel y la muralla para pasar por la sacristía y terminar en el altar mayor, donde impactó contra la imagen del Santísimo Cristo, a la que quebró tres dedos (contando desde el pequeño) y llegó hasta el tabernáculo del Santísimo Sacramento, en cuya cima estaba un Santo Niño Jesús a quien le rompió una corona de plata y el brazo derecho, y le quemó el barniz de la mejilla y de la garganta. 

Después de cometer tales destrozos, el terrible rayo se consumió tras romper el arca del Santísimo Sacramento y la puerta del Sagrario, así como los cuadros, los candelabros y los manteles que allí se encontraban.

Sin embargo este acontecimiento no habría pasado a la historia de no ser porque el otro rayo "encontró" a nuestros tres monaguillos en la torre del campanario, resultando los tres muertos en el acto. Uno de ellos, Juan, tenía abrasado el vestido, y Alonso mostraba un agujero por la parte de la espalda como de bala, con quemaduras en su contorno y un olor pestífero. Tras dejar muertos a los 3 niños, el rayo continuó hacia el interior de la iglesia, destrozando el suelo de la torre, un par de ventanas y los muros. Finalmente alcanzó la capilla de nuestra Señora de la Purificación donde, tras destruir diferentes enseres, desapareció a los pies de la imagen de la Virgen, prácticamente en el mismo lugar donde 3 décadas antes había ocurrido algo similar, siendo visible aún la marca ennegrecida en el suelo.

Retablo Mayor
Rápidamente de bajaron los cuerpos a la iglesia para mostrárselos a la imagen de la Santísima Virgen de la Purificación, entre llantos y súplicas de familiares y vecinos.

Poco después una luz atravesó el espacio existente entre el rostro de la imagen y los niños, recuperando éstos la conciencia. Se miraron prácticamente desnudos, encontrándose en sus cuerpos unas cintas moradas, como de sangre seca, en ausencia de las anteriores heridas. Por contra, la faz de la imagen quedó oscurecida para siempre, como tiznada por el rayo, siendo el origen de la curiosa advocación que nos ocupa, "La Virgen de la Tizná", convirtiéndose desde entonces en Patrona de Jerez del Marquesado.

La Virgen de la Tizná.

Dado que prácticamente todos los habitantes de Jerez del Marquesado se encontraban en la iglesia cuando ocurrió el fatídico accidente, bien para pedir la intercesión divina, bien por resguardarse del temporal, tanto la desgracia como el milagro que obró la Santísima Virgen fueron contemplados por la mayoría del pueblo, dejando testimonio de aquellos acontecimientos don Francisco de Moya, encargado del santuario, y rubricado por las fuerzas civiles del momento en condición de fedatarios públicos.

Tras el descubrimiento de estos manuscritos, la fe deja paso la historia, no quedando hueco para la incredulidad.
La Virgen de la Tizná
Desgraciadamente, durante la guerra civil Jerez del Marquesado fue tomada por el bando republicano, siendo bajada la imagen desde el altar mayor y atacada con un hacha. Sin embargo un niño de entre 6 o 7 años, logró entrar en la iglesia y recuperar un ojo y el brazo derecho, los cuales fueron utilizados cuando años más tarde se decidió tallar una nueva imagen; ya no tizná, pero con uno de los ojos que obraron el milagro de 1653.




3 comentarios:

  1. Una mentira más de la falsa iglesia católica

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  2. Certificó un médico forense la muerte de los niños ? Si le pedían a la virgen no les hizo casó ninguno sino al revés destrozó mucha parte de la iglesia y sus enseres y a punto de matar a 3 inocentes. Supongo no tenían pararrayos. Miren a quien puso la página sepan que hablemos gente que creemos en Dios y mucho. Peroni en las fábulas de la iglesia como ésta.

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  3. pues eso sera para ti

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