La simbología de los cuatro evangelistas

En el patrimonio cofrade nos encontramos continuamente con multitud de símbolos, algunos más o menos conocidos, aunque otros verdaderamente misterioros. Hoy repasaremos cuáles son los relativos a los cuatro evangelistas, para intentar que al menos éstos no sean del segundo grupo.

Cristo Pantocrator de la Catedral de Burgos

- San Mateo: su símbolo es un ángel, un hombre con alas, y representa la encarnación, Dios hecho hombre. A San Mateo se dio una criatura con semejanza humana porque su evangelio comienza con la generación humana de Cristo, y porque en sus escritos se refleja la naturaleza humana de Jesucristo más que la divina.

Delantera del paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario, con los símbolos de San Mateo y San Juan

- San Marcos: su símbolo es el león alado y representa la resurrección. El león simboliza a San Marcos porque empieza su evangelio con la misión de Juan el Bautista, “la voz del que clama en el desierto.” También establece la dignidad real de Cristo y en su poder reside la resurrección de los muertos.

Su evangelio fue el primero en escribirse (en la década de los años 60 después de Cristo) y sirvió como texto de catequesis para los que se preparaban para recibir el bautismo. Es el evangelio más corto

- San Lucas: su símbolo es un buey con alas y representa la pasión, el sacrificio. La forma del buey se le asigna a San Lucas porque es la bestia del sacrificio, y como un buey es signo de fuerza, diligencia y paciencia, e incansable por los trabajos a realizar. Como animal de sacrificio se representa al sacrificio de expiación de Jesucristo. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas. Si en el evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de las comunidades que siguieron a Jesús.

Trasera del paso de Nuestro Padre Jesús del Calvario, con los símbolos de San Marcos y San Lucas

- San Juan: su símbolo es el águila que representa la ascensión. Se asigna a San Juan el águila porque de la misma forma que este animal se eleva al cielo, de la misma forma subió hacia arriba el espíritu de Cristo al reino de los cielos para traer de vuelta a la tierra la revelación del misterio de su muerte y resurrección. El evangelio de Juan fue el último en aparecer, y no se escribió en pocos días. Lo escribieron los discípulos de Juan. Una de las características del Jesús del evangelio de Juan es esta: el Maestro nos conoce a cada uno de nosotros mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos: Jn 1,48.