miércoles, 20 de noviembre de 2013

Entrevista a Rafael Jiménez Sampedro (Pasión en Sevilla)

El pasado 23 de septiembre de 2012, Costaleros del Calvario publicó una interesante entrevista a Rafael Jiménez Sampedro con motivo de la publicación de su libro Sevilla en sus cofradías.

Hoy nos hacemos eco de la entrevista que al mismo autor realizó Esteban Romera, publicada hace tan sólo unos días en el portal Pasión en Sevilla, con motivo de la presentación del libro La Semana Santa de Sevilla en el S. XIX.



Jiménez Sampedro: "Rescataría del siglo XIX la espontaneidad de las Cofradías"

Atención, se abre en una ventana nueva. PDFImprimirCorreo electrónico

Rafael Jiménez Sampedro
Recientemente ha visto la luz un nuevo libro sobre temática cofrade bajo el título "La Semana Santa de Sevilla del siglo XIX", obra realizada por Rafael Jiménez Sampedro, un auténtico erudito de las cofradías de la ciudad.
Jiménez Sampedro ocupa en la actualidad la dirección del Boletín de las Cofradías de Sevilla. Ha realizado infinidad de artículos sobre cofradías, participado en conferencias, mesas redondas y la colaborado con obras colectivas de varias hermandades.
Sobre nuevo volumen hablamos con este insigne cofrade y sobre las cofradías de esta centuria de la que se ha ocupado de forma concienzuda para poder publicar este interesante trabajo editado por Abec Editores.
- ¿Cómo era la Semana Santa del siglo XIX?
No podemos hablar de una única Semana Santa en esos cien años. A lo largo del siglo se producen numerosos cambios y hay períodos claramente diferenciados como para que podamos definir la Semana Santa del XIX de una única forma. Sobre todo hacia la mediación del siglo se produce lo que podríamos calificar de reinvención de la misma, impulsada por los duques de Montpensier por un lado y por la emergente burguesía por otro. Es también importante señalar que el espíritu romántico hace que se incorporen a las hermandades un nuevo tipo de cofrades, los “capillitas”, que se ocupan de rescatar cofradías extinguidas o aletargadas y que se inscriben en ellas sin más relación de vecindad, de tradición familiar o gremial, y que son los que a partir de entonces las van gobernando.
- ¿Qué rescatarías de las cofradías del siglo XIX?
La espontaneidad con que se desarrollaba todo, hoy en día está todo mucho más preparado y se ha perdido quizás la capacidad de sorprender cuando ves una cofradía.
- ¿Puede usted mencionar algunos hitos importantes de las cofradías de esa centuria?
 Podría citar muchos, pero me quedo con dos: la salida del primer Santo Entierro grande en 1850, auspiciado por los duques de Montpensier, en que la Semana Santa empieza a concebirse como un espectáculo; y por otro la concesión de subvenciones a las cofradías en 1863 por el Ayuntamiento, presidido por el alcalde Juan José García de Vinuesa, proveniente de la explotación de las sillas instaladas en la plaza de San Francisco. Esos dos hitos marcan la Semana Santa desde entonces, las cofradías no solo salen a cumplir sus reglas y que sus hermanos hagan penitencia, sino que se convierten en un espectáculo de masas.
- ¿Existen semejanzas entre la Semana Santa actual y la del siglo XIX?
Partiendo de la premisa de que no se puede concebir una Semana Santa única durante el siglo, te diría que a partir de la segunda mitad y más concretamente desde la restauración borbónica en 1874 las formas son muy similares, pero todavía en el siglo XX se sigue modificando e incluso, aunque no nos parezca, se está cambiando en el XXI. Piensa sin más, lo que ha variado la conducción de los pasos y las marchas procesionales en los últimos treinta años.
- ¿ Fue el siglo XIX un periodo poco pruductivo para las cofradías hispalenses?
Yo creo que no, por el contrario fue mucho más productivo que el XVIII a nivel global. Fue el siglo donde más sufrieron, pero también en el que más se recuperaron. Tengo la costumbre personal de hacer balance en determinados momentos del año, como puede ser el día de mi cumpleaños, o bien el 1 de enero, y comparar cómo está mi vida a nivel de salud, de trabajo, sentimental, familiar, etc. Si hiciésemos esto mismo con las cofradías tomando como referencia el principio y el final del siglo el balance es claramente positivo. No es un siglo en el que se funden muchas cofradías, pero sí se recuperan muchas, se incrementan muchísimo los cultos internos, se estabiliza la presencia de las cofradías anualmente, algo que antes era más irregular, y en el plano artístico el balance también es claramente favorable.
- ¿Cuál fue el peor hecho que acaeció sobre las cofradías en esta centuria?
Hay dos especialmente: la invasión francesa en 1810 y la revolución “gloriosa” en 1868. Ambos supusieron el traslado de numerosas hermandades, que en algunos casos perdieron sus templos como la Soledad en el Carmen o el Santo Entierro en San Laureano en la francesada, o las Siete Palabras, los Panaderos, el Amor, Pasión y la propia Soledad en “la gloriosa”. Fueron dos momentos muy convulsos que obligaron a trasladarse a hermandades que algunas sí pudieron volver, pero otras fueron expulsadas para siempre de capillas que habían construido con sus medios, sin recibir ninguna indemnización a cambio.
- ¿Podría citar algunas figuras claves para entender las cofradías del siglo XIX?
Yo creo que la personalidad más descollante del siglo es José Bermejo y Carballo. Miembro de la junta de gobierno de siete cofradías, a veces simultáneamente, es considerado “el primer capillita”, y un gran impulsor de las hermandades y no solo de las que perteneció, sino de todas gracias al conocimiento que propagó de ellas en su libro “Glorias religiosas de Sevilla”. Con Bermejo hay otros cofrades que vemos en varias juntas de gobierno, como Manuel del Castillo, Antonio Jiménez González, Antonio Bouzada o Mariano Alcerreca. También es destacada la figura de los duques de Montpensier, mecenas de algunas hermandades en los primeros años de su llegada a Sevilla. No quiero dejar de citar a Félix González de León, cofrade de varias hermandades y autor asimismo de una obra sobre la historia de las cofradías en 1852.
- ¿A nivel patrimonial cuál fueron las obras más importante en esta centuria?
En escultura sin duda las dolorosas de Juan de Astorga, la figura más destacada de la imaginería del siglo. El bordado alcanzó gran desarrollo y documento en el libro un total de diecinueve talleres, de los que destacaría cuatro: Patrocinio López, Teresa del Castillo, las hermanas Antúnez y Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Cualquiera de sus obras son destacadas, si tuviera que escoger una túnica me quedaría con “la de los cardos” del Señor del Gran Poder, y el antiguo manto de La O, así como el palio que fue de la Macarena y hoy tiene la Estrella. De la talla me quedo con el paso de Juan Rossy para la Quinta Angustia, mientras que la orfebrería fue más discreta y elegiría la corona de la Virgen de Regla, de Manuel Palomino.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...