miércoles, 5 de febrero de 2014

Entrevista a Rafael Moreno y Moisés Ríos. Autores de "¿Locos del costal?" (I)

El pasado 11 de octubre de 2012 Costaleros del Calvario publicaba una entrada sobre el libro "¿Locos del costal? Aproximación psicológica al costalero", obra de Rafael Moreno Rodríguez y Moisés Ríos Bermúdez, editada por Abec.
¿Locos del Costal? Aproximación psicológica al costalero. Rafael Moreno y Moisés Ríos. Abec Editores. 2012
Habiendo alcanzado recientemente su segunda edición, el blog Costaleros del Calvario quiso acercarse algo más a este interesante libro a través de sus propios autores.

Como explicábamos en aquella entrada, Rafael Moreno Rodríguez, Doctor en Psicología, es Catedrático de Metodología en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla. Además de su docencia en la citada facultad, ha impartido numerosos cursos a profesionales y alumnado de postgrado en diferentes universidades españolas y extranjeras. Es autor de un centenar de publicaciones sobre temas de su especialidad. Ligado sentimentalmente a la Semana Santa, pertenece desde niño a las hermandades del Buen Fin y del Gran Poder de Sevilla.

Por su parte, Moisés Ríos Bermúdez, Licenciado en Psicología y Máster en Psicoterapia Relacional, es Profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. Además de su docencia en la citada Facultad, ha impartido numerosos cursos a familias, profesionales y alumnado de postgrado. Ha publicado diversos trabajos sobre temas de su especialidad. Continuando la labor de su abuelo “El Tito Ríos” y de su tío José Luis Ríos “El Gordo”, es costalero desde 1990 en la cuadrilla del Señor del Soberano Poder de San Gonzalo, hermandad de Sevilla a la que pertenece desde pequeño.

Hoy ambos investigadores nos han permitido compartir con ellos una agradable charla en la que hemos tratado diferentes aspectos y curiosidades a cerca de su estudio/libro, sus investigaciones en torno al mundo del costalero y otras tantas cuestiones que desvelamos en esta nueva entrevista de Costaleros del Calvario.
Costaleros del Calvario durante un ensayo
1.- A modo de resumen ¿estamos locos los costaleros?

Eso nos decían medio en broma muchos de los costaleros a los que entrevistamos. Nos preguntaban si queríamos averiguar si estaban locos, añadiendo algunos que no hacía falta ni preguntarlo por lo evidente que era. 

En todo caso, la respuesta a esa pregunta depende de lo que entendamos por “estar loco”. Si consiste en padecer una patología psicológica, no hemos encontrado nada parecido en nuestro estudio. Pero si por locura entendemos pasión y gusto considerable por una determinada actividad, entonces sí podemos decir que hemos encontrado ese placer y grandes satisfacciones con lo que hacen bajo las trabajaderas y con lo que le rodea. 

2.- Existe una larguísima bibliografía a través de la que diversos autores han analizado aspectos relativos con el costalero. Entre ellas ustedes mencionan en su libro análisis basados en la antropología, el deporte, la historia la fotografía, la literatura, la medicina y un larguísimo etcétera. Sin embargo, parece que aún ningún investigador se había preocupado del aspecto psicológico de esta labor. ¿Era lógico pensar que era necesario cubrir esta faceta o por el contrario no era tan evidente o incluso tan necesario? 

Cuando empezamos a plantearnos hacer un estudio sobre los aspectos psicológicos del costalero, encontramos algunos acercamientos al tema. Sin embargo, nuestra intención era abordarlo de manera más amplia y sistemática, estudiando qué hacen, piensan y sienten como costaleros sobre su labor. Queríamos saber en qué consiste ser costalero, por qué lo son y qué factores personales y ambientales les influyen. Y todo ello efectivamente no estaba estudiado, por lo que, como nos han dicho en varias ocasiones, este libro viene a cubrir un hueco que existía. 

Cuadrilla de San Rafael Arcángel.
3.- ¿De dónde surge la idea de analizar este aspecto psicológico del costalero? 

El trabajo surge de nuestro gusto por el mundo de la Semana Santa en general y por el del costal en particular. Y como psicólogos nos interesaba conocerlo desde el punto de vista de nuestra profesión, estudiando los aspectos que hemos señalado en la pregunta anterior. 

4.- ¿Qué objetivos se pretendían alcanzar con el mismo? 

A partir de nuestro interés inicial, durante la investigación fuimos dándonos cuenta que podíamos dar a conocer aspectos que normalmente son bastante desconocidos para la mayoría de las personas, incluidas muchas de las cercanas a la Semana Santa. 

5.- En el libro se explica que para alcanzarlos se preparó una batería de preguntas realizada, curiosamente, entre personas no vinculadas a los círculos de costaleros y capataces. Este aspecto nos resulta especialmente curioso. 

Realmente no se trataba de una batería de preguntas en sentido estricto. Lo que hicimos, una vez que elaboramos un primer esquema de nuestros objetivos, fue preguntarles informalmente a familiares y amigos ajenos al mundo de los costaleros qué cosas les interesaría conocer de éstos. Sus respuestas nos ayudaron a comprobar si nuestros objetivos cubrían las preguntas que estas personas se hacían o si añadían algunos aspectos que no hubiésemos considerado. Por tanto, era una manera de averiguar y procurar que nuestros objetivos fueran del interés de un público no especialista, que en definitiva era uno de los sectores al que va dirigido el libro junto con el de los propios costaleros, capataces y resto de personas ligadas al mundo de las trabajaderas. 

6.- De los dos autores del libro, uno es costalero y el otro no. Como investigadores ¿es bueno aprovechar esa experiencia o por el contrario es mejor hacer una abstracción total para no viciar el estudio? 

Antes de empezar la investigación entendíamos que sería beneficioso que uno de nosotros fuera costalero y el otro no. El primero aportaría el conocimiento obtenido de primera mano en los casi veinte años que por entonces llevaba de costalero. Y el que no lo era ni lo había sido nunca podría aportar su desconocimiento, señalando aspectos que pueden ser evidentes para quien está en ese mundo pero no para quienes no pertenecen a él. La experiencia del estudio nos dice que no íbamos descaminados y que efectivamente esa conjunción de conocimientos e ignorancias de partida ha resultado provechosa y complementaria. 

Nuestro hermano Luis C. Millán junto a su hijo durante un ensayo
7.- Y llega el momento del trabajo de campo. Cerca de 3 años de entrevistas, 137 costaleros y 30 capataces y auxiliares entrevistados, más de 144 horas de grabaciones. ¿Cómo y en cuánto tiempo se organiza toda esta información? 

Los datos que señalas en tu pregunta ya indican la extensión e intensidad del trabajo realizado. En primer lugar, de recogida de información mediante entrevistas, unas individuales y otras a grupos de entre 2 y 10 personas, incluyendo a capataces y auxiliares porque entendimos que podían aportar información adicional a las de los propios costaleros. A esa información añadimos la recogida mediante observaciones en ensayos, salidas procesionales, y mesas redondas. Además de ampliar las fuentes de información, ello nos servía para apreciar la concordancia entre lo que decían y lo que hacían, para corroborar unas fuentes de información con otras, afianzando así la fiabilidad del estudio y sus resultados. 

Por otra parte, teníamos que aprovechar la información recogida. Eso comenzaba con la transcripción a texto de lo grabado en audio. El siguiente paso era analizar esos textos, categorizando cada una de las ideas que contenían, identificando a cuál de los más de treinta aspectos de interés que habíamos delimitado correspondían cada una de ellas. Tras agrupar todos los textos correspondientes a cada uno de esos aspectos, lo que restaba por hacer era estructurar la información contenida en cada una de esas agrupaciones y presentarla de modo claro y coherente, apoyando cada uno de nuestros juicios con expresiones literales obtenidas de los entrevistados. 

Y sobre cuánto tiempo nos llevó hacer ese trabajo, baste decir que aprovechar cada una de las 144 horas de grabación exigía un mínimo de cuatro horas más. En todo caso, la mayor parte del tiempo hemos disfrutado mucho al hacer este trabajo. Nos gustaba el tema que tratábamos, y también superar el reto que suponía el estudio. 

8.- Y sobre todo ¿cuándo se considera que la muestra es lo suficientemente representativa como para detener de tomar muestras? 

Como dices, se trataba de conseguir información representativa de la realidad que queríamos describir, limitada en principio a la ciudad de Sevilla por ser a la que teníamos acceso con nuestros recursos, quedando pendiente estudiar diferencias y semejanzas con colectivos similares de otras localidades y provincias. 

Ahora bien, incluso en el ámbito en el que nos centramos, no era posible estudiar a todo el colectivo, no solo por su tamaño sino porque no conocíamos ni teníamos fácil acceso a todos sus componentes. Por eso la opción a tomar consistió en ir estudiando sucesivas muestras de personas elegidas “por accesibilidad”, simplemente por poder contactar con ellas y que se prestaran a ser entrevistadas. Por ese modo de elegir cada muestra, la información recogida tan solo podía considerarse en principio representativa de ella misma. Sin embargo, a medida que se fueron sucediendo las entrevistas a diferentes muestras de ese tipo y la información recogida en ellas resultaba semejante, pudimos ir confiando en que estaba siendo representativa del colectivo en su conjunto, por lo que decidimos terminar la recogida de datos. 

Estamos convencidos que de haber seguido haciendo entrevistas hubiéramos encontrado detalles adicionales interesantes, como de hecho así ocurría en todas las que hicimos, pero que no habría aparecido ningún aspecto central que no estuviese ya recogido. Por ello consideramos suficientemente representativa la descripción que ofrecemos en nuestro trabajo, aunque seguimos atentos a cualquier posible novedad que pudiéramos percibir al observar o escuchar a costaleros y capataces en las ocasiones en las que entramos en contacto con algunos de ellos. En este sentido, nuestro trabajo sigue abierto a posibles modificaciones. 

9.- Por lo que explica “¿Locos del Costal?” las sesiones, celebradas durante ensayos, igualás e incluso mesas redondas, se desarrollaban con preguntas prácticamente cerradas (con el fin de unificar en la medida de lo posible las respuestas). ¿Qué tipo de preguntas se hicieron? 

Las preguntas fijadas de antemano era pocas, referidas a los aspectos que entendíamos básicos y que hemos señalado en una pregunta anterior: En qué consiste ser costalero, por qué lo son y por qué empezaron a serlo, y qué cosas les influyen en su labor ya sea favorable o desfavorablemente, estudiando cómo actúan, piensan y sienten sobre todo ello. En todo caso, no planteábamos esas preguntas de una misma manera sino adaptada a la persona o grupo que entrevistábamos, procurando que surgiera como parte del diálogo fluido que pretendíamos se estableciera en cada ocasión. 

Cuadrilla de Nuestra Señora de Villaviciosa 2010
10.- Paralelamente a dichas respuestas, entendemos, y además así se explica en el propio libro, que costaleros y capataces expondrían situaciones no contempladas con anterioridad, dejándose siempre constancia de todas ellas. ¿Eran las preguntas iniciales acordes a lo que estos grupos esperaban o de lo que querían tratar, o por el contrario se debió modificar el cuestionario según se avanzaba en la toma de datos? 

Como hemos dicho arriba, no existían estudios previos sobre los diversos aspectos que nos interesaban, y por tanto no teníamos delimitado a priori un listado completo de preguntas más allá de las generales que hemos señalado en la pregunta anterior. Por eso, procurábamos que los entrevistados añadieran cualquier información adicional a la inicialmente prevista por nosotros y que pudiera resultar de interés. Eran por tanto entrevistas semiestructuradas, con partes previstas y otras abiertas a lo que pudiera surgir en ellas. Y de hecho así ocurría. Los entrevistados nos aportaban datos sobre aspectos que no habíamos considerado en un principio. No tuvimos que añadir ningún objetivo a los inicialmente planteados, pero sí logramos descripciones mucho más ricas de lo previsto de entrada, con muchos detalles en los que no habíamos caído preguntar o que simplemente no conocíamos. Es esa la utilidad de estos estudios estructurados y abiertos a la vez.

1 comentario:

  1. Gran entrevista, deseando de leer la segunda parte, enhorabuena. Ya se echaba de menos las entrevistas del Blog.

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