11.- En relación con los resultados, uno de los aspectos
fundamentales tanto del libro como del mundo cofrade (y no cofrade) es conocer
las motivaciones que mueven a una persona a ser costalero. ¿Qué mueve a una
persona a meterse bajo un paso?
Antes de hacer esta investigación siempre habíamos
escuchado que se era costalero por devoción a las imágenes y a lo que
representan, o por afición al oficio o gusto por un trabajo bien hecho. Con nuestro
estudio hemos podido descubrir que son más variados los motivos que hacen que
un costalero decida meterse bajo un paso. Uno de esos otros motivos es la
amistad o el compañerismo, Muchos de los costaleros entrevistados comentaron
que se acercaron a este mundo de la mano de amigos que los introdujeron en él y
con los que comparten vivencias dentro y fuera de los pasos. El sentimiento de identidad
o pertenencia es otro de los motivos, ya que muchos sacan un paso porque se
sienten identificados con esa hermandad concreta o con la Semana Santa y la
ciudad en general, de modo que saliendo de costaleros les gusta sentirse parte
significativa de uno más de esos colectivos y un eslabón más de una cadena de
sentimientos que viene del pasado y que se proyecta al futuro. Finalmente, hay
costaleros que manifestaron que les motiva que su trabajo les permita obtener
determinadas recompensas externas como la admiración, reconocimiento y
agradecimiento que reciben de otras personas por lo que hacen. Estos tres motivos,
además de la devoción a las imágenes y de la afición al oficio, son los que hemos
encontrado que hacen que alguien se meta debajo de un paso, funcionando unos u
otros en mayor o menor medida según las personas y momentos.
Cuadrilla de la Hermandad del Calvario. Donante de órganos. 2010 |
12.- ¿Y para continuar haciéndolo?
Lo que hemos encontrado es que los motivos que les hacen
mantener esta actividad son similares a los que los llevan a sacar pasos por
primera vez. Eso no significa que los motivos iniciales permanezcan durante el
resto de años en que se sale de costalero, ya que con el tiempo pueden surgir
motivos nuevos que incluso tengan más fuerza que los primeros. En este sentido,
por ejemplo, hubo costaleros que nos contaban que empezaron en una cuadrilla
por tener allí amigos y, con el tiempo, se mantuvieron en ella por devoción a
las imágenes o por un creciente sentimiento de identidad o identificación con
la hermandad o el barrio.
13.- Podríamos pensar que dichas motivaciones no se
mantienen inalterables a lo largo del tiempo, o ¿por el contrario coinciden en
los costaleros que llevan poco tiempo con aquellos que “portan galones” dentro
de la cuadrilla?
Cada costalero tiene sus propios motivos para sacar un
paso. Y pueden coincidir en distintos costaleros independientemente de que lleven
más o menos tiempo en una cuadrilla concreta. Además, como dijimos en la
pregunta anterior, con el tiempo las motivaciones pueden cambiar.
14.- ¿Se han tenido en cuenta a la hora de valorar los
resultados los estratos sociales de los entrevistados o cualquier otro aspecto
socio económico? ¿O por el contrario estos factores exógenos a las propias
labores de carga no aportan nada destacable a los resultados?
Entendemos que esos factores que señalas pueden ser
importantes. El nivel cultural y el económico, sobre todo de procedencia
familiar y social, de cada costalero pueden hacerles vivir ese mundo de
determinadas y distintas maneras. También la cantidad y sentido de sus experiencias
como costaleros, y el tipo de hermandades que han sacado, son factores que
pueden influir en cómo actúan, piensan y sienten como costaleros. Por eso en el
conjunto de nuestra muestra procuramos que se diera toda esa variedad de casos.
Hemos estudiado así a costaleros de diferentes niveles culturales y económicos,
a costaleros con 18 años y con más de 60, y a costaleros que habían sacado
pasos únicamente en la
Semana Santa anterior y otros con muchos años de experiencia,
incluyendo los últimos años de los antiguos o mal llamados “profesionales” y de
la transición a los denominados “hermanos costaleros”. Entrevistamos a
costaleros que sacan una cofradía al año, normalmente la que consideran como
suya, y a otros que cada Semana Santa sacan cinco o más cofradías. Y también
incluimos en nuestro estudio a costaleros que sacan cofradías “de negro”, del
centro de la ciudad, tenidas por más serias, y a los que sacan cofradías más
populares, de barrio, consideradas “más alegres”.
De esa forma, procurando que en nuestra investigación
estuviera presente toda esa variedad de costaleros, tratábamos de facilitar que
los resultados describieran de manera ajustada o representativa los objetivos
que nos habíamos planteado. Y como lo que nos interesaba estudiar era el
colectivo de costaleros como tal, y no personas concretas o a grupos determinados
de ellas, no detallamos las diferencias que pudieran encontrarse entre tipos de
costaleros.
Nos reafirmamos en esa opción al suponer lo que capataces
con mucha experiencia confirmaban: Que las diferencias individuales se reducen
bajo el paso. Ahí prima el carácter colectivo de la tarea, a la cual se someten
las diversas formas de ser que existan bajo el paso, que por otra parte son de
todos los tipos posibles, habiendo costaleros extravertidos y reservados,
serios y a los que les gusta bromear, predominantemente optimistas y otros que
tienden a fijarse más en lo problemático y difícil de las situaciones.
15.- Uno de los apartados de su libro se titula ¿son masoquistas los costaleros? Es
curioso que saliera la necesidad de hacerse este planteamiento pues en no pocas
ocasiones los costaleros son tachados como tales, sin saber muy bien estos
últimos qué contestar para explicar sus motivaciones. ¿Sabían los entrevistados
expresar lo que sentían o se debió actuar como si de “psicoterapia” se tratara,
traduciendo las múltiples respuestas en sentimientos concretos?
Hemos tenido oportunidad de entrevistar a personas que
expresaban de forma directa y clara sentimientos concretos y otras a las que
les costaba algo más expresarlos. Parte de nuestro trabajo consistía
precisamente en facilitar la expresión de ideas y emociones mediante preguntas,
peticiones o ayudas. Muchas veces pedíamos a los entrevistados que describieran
situaciones concretas que hubiesen vivido para, a partir de ellas, profundizar
en los significados que para ellos tenían dichos momentos. Se trata de una
forma de investigar que pretende profundizar y no quedarse en la superficie. A
modo de ejemplo, casi todos los entrevistados dijeron que salían de costalero
porque les gustaba. Sin embargo, ese gusto podía ser muy diferente entre unos y
otros según las motivaciones de cada quien, debiendo facilitar nosotros que lo
explicaran.
Costaleros Hermandad del Calvario. 2013
16.- Algo curioso que sucede en muchas cuadrillas, por no
decir en todas, es la identidad del individuo con el grupo y la percepción de
que dicho grupo es diferente al resto. Los aspectos antropológicos de
pertenencia a un grupo, identidad o seguridad parecen salir en algunas de las
respuestas obtenidas, y por tanto más allá de cualquier aspecto devocional; aún
cuando las motivaciones pudieran ser religiosas. ¿Es contradictorio este
aspecto?
No es contradictorio porque devoción e identidad son
motivos distintos y no incompatibles, como de hecho lo hemos encontrado en una
parte de los entrevistados. Muestra de ello es que hemos entrevistado a costaleros
que lo eran por ambos motivos, otros a los que solo les movía uno de ellos y
otros más para los que ninguno de esos dos motivos tenían importancia, saliendo
de costaleros por uno o más de los tres motivos restantes que hemos encontrado
y señalado anteriormente: afición al oficio, compañerismo y reconocimiento
externo.
17.- Aparte de las motivaciones personales, en el libro
se describe una serie de factores externos que pueden llegar a influir en los
costaleros, como el propio grupo, el capataz, el acompañamiento musical. ¿Qué
importancia relativa tienen estos otros factores?
Según lo que hemos encontrado, esos y otros muchos factores
tanto del medio como del propio costalero pueden influir en la labor de éste.
Las personas entrevistadas nos decían que en muchos momentos hay factores determinantes
para el discurrir del paso, ya que todos pueden afectar a lo que hace, piensa o
siente el costalero. Por ejemplo, con unas palabras de aliento un capataz puede
hacer que los costaleros se “vengan arriba” en momentos de especial dificultad,
al igual que una marcha concreta o el aplauso del público pueden conseguir el
mismo resultado.
18.- Suponemos que en la teoría, la mayoría de los
costaleros coincidirían en sus respuestas, pero ¿qué características personales
se le atribuyen al buen costalero?
Además de un mínimo de condiciones físicas que le
permitan llevar el paso y de unos suficientes conocimientos técnicos, las
personas entrevistadas coinciden en señalar que un buen costalero ha de ser
responsable, honesto, buen compañero, humilde, debe estar dispuesto a aprender
y a aprovechar los ensayos, y debe tener capacidad de aguante en los malos
momentos así como confianza en su capataz y compañeros. Muchas de estas
características las resumían en una sola cuando nos decían que “para ser
costalero hay que ser buena persona”. La experiencia en el mundo de las
trabajaderas también se mencionaba como otro factor personal que influye en la
labor del costalero, ya que a más experiencia se tienen más conocimientos y
recursos técnicos.
19.- De las gualdrapas vemos salir costaleros fuertes o
costaleros muy “canijos”. ¿Hasta qué punto se le da importancia a este aspecto?
La mayoría de los entrevistados coincidían en que para
ser costalero no hay que ser un superhombre. Basta tener unas condiciones
físicas normales como ilustran muchos costaleros de constitución no
precisamente atlética. También coincidían en que aunque esa condición física
puede tenerse por constitución, normalmente se puede mejorar o adquirir con un
adecuado entrenamiento en resistencia más que en potencia, algo especialmente conveniente
si la ocupación del costalero el resto del año no le exige una actividad física
que le ayude suficientemente a estar en forma para sacar pasos.
Ensayo Nuestra Señora del Mayor Dolor. 2012 |
20.- Durante la toma de datos han conocido a costaleros
que vivieron los años que separaron a los costaleros profesionales de los
actuales “hermanos costaleros” (aunque no necesariamente lo sean). ¿Dónde
confluyen ambos mundos?
Diríamos que confluyen en todos los motivos que hemos
encontrado excepto en la retribución económica. Aunque los costaleros antiguos
cobraban, esa no era la única motivación que les hacía ser costaleros, al menos
a la mayoría de ellos. La afición al oficio, la identidad con la cuadrilla, el
capataz o la hermandad, el reconocimiento externo y también la devoción en
algunos casos eran entonces motivos para salir de costalero, igual que lo
fueron y son en épocas posteriores.
21.- ¿Se repiten algunas pautas en ambos mundos?
Las condiciones de vida de los antiguos y nuevos
costaleros eran considerablemente diferentes. Por otra parte, los ensayos antes
no existían a diferencia de lo que sucedió con la llegada de los hermanos
costaleros. La forma de llevar los pasos tampoco era igual. Sin embargo, la
responsabilidad de una buena parte de los actuales costaleros antes de la Semana Santa y de la
salida de la cofradía quizás no fuera muy diferente antiguamente. Recordar y
revivir a lo largo del año los momentos vividos debajo del paso es otro aspecto
común. Y también como les ocurre a los actuales, cuando los antiguos no
encontraban los motivos que les hacían ser costaleros, buscaban otra cuadrilla
o dejaban la actividad. Además, para unos y otros, retirarse del costal era y
es difícil, aunque antes permanecían bajo las trabajaderas hasta incluso
después de los 60 años en algunos casos, pasando después algunos a tareas como
la de aguaó, listero o ayudante del capataz para no desvincularse de ese mundo.
Y quizás, sobre todo, los antiguos y los nuevos coinciden en el orgullo que
sentían y sienten muchos de ellos por su trabajo y su cuadrilla.
22.- Finalmente y desde un punto de vista más personal,
¿qué aspectos recordarían entre los que más les hayan llamado la atención
después de tantas entrevistas y encuentros con costaleros?
No es fácil destacar algunos entre tantos y tantos
aspectos encontrados y vividos en nuestro estudio. Quizás y por encima de todos
señalaríamos la pasión de la inmensa mayoría de los entrevistados por lo que
hacen en los pasos, la “locura” por la que nos preguntamos en el título del
trabajo. Escucharles contar numerosas anécdotas vividas, rememorar situaciones
duras que han pasado bajo los pasos, y cómo las han superado y convertido en ocasiones
de disfrute personal y colectivo, han sido momentos especiales que hemos tenido
el privilegio de vivir, y que hemos intentado trasmitir a quienes lean el
producto de nuestro trabajo.
Costaleros Nuestra Señora del Mayor Dolor. 2013 |
Desde Costaleros del Calvario Córdoba agradecemos a los autores de este libro, Rafael Moreno y Moisés Ríos su amabilidad al atendernos y compartir con nosotros los resultados de tan interesante estudio, así como a la editorial Abec por habernos facilitado el contacto.
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