Tras algunos días en los que las noticias se han centrado en la celebración de algunos de los actos más importantes de los que celebraremos en el XXV aniversario, entre ellos el encuentro con las diferentes asociaciones de donantes de órganos, retomamos nuestros paseos por San Lorenzo, como siempre de la mano de don Teodomiro Ramírez de Arellano, para adentrarnos hoy en la calle de la Escañuela, que a final del S XIX era vista de la siguiente manera:
En el lado opuesto y formando tres ángulos va la calle de la Escañuela, nombre que tomó cuando la conquista, por haber entrado en Córdoba una legión compuesta en su mayor parte de vecinos de aquella villa, hoy menos importante. Casi a su salida a la calle Mayor de San Lorenzo se halla un huerto que dicen del Escudo, porque lució hasta hace pocos años el de los Pineda del Valle de Carranza, que tuvieron allí sus casas principales. En el segundo rincón existió hasta el año 1841 una imagen de la Virgen con un farol, único que había en toda esta calle, una de las más abandonadas y sucias de la ciudad, particularmente en su primer tramo, que no tiene más casa que la de un pequeño huerto, pues la otra acera la forma la muralla.
En tiempos antiguos nadie transitaba de noche por este sitio, temeroso de ser sorprendido por un alma en pena que en forma de ternerilla descabezada salía de la Rejuela, creyéndose que era una mala hija que sufría las consecuencias de una maldición fulminada por su madre.
Es una verdadera lástima que estas imágenes de Vírgenes y Cristos, como la que hubo en la calle Escañuela, hayan desaparecido casi en su totalidad de nuestras calles, pues a buen seguro constituyeron refugio espiritual para nuestros abuelos.
Foto: Altar callejero de Brujas (Bélgica)
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