Después del descanso obligado debido a la última Estación de Penitencia, retomamos los paseos por nuestro barrio para recorrer en este XIII paseo el primer tramo de la calle Mayor de San Lorenzo. Aunque hoy en día casi irreconocible según las pinceladas de Ramírez de Arellano, en su día, Mayor de San Lorenzo, se mostraba de esta manera:
Desde la parroquia hasta la plazuela de los Padres de Gracia hay una calle llamada Mayor y otras veces Ancha de San Lorenzo, sin duda la mejor del barrio, aunque no por sus edificios. Está casi paralela con las de la Banda y los Frailes, comunicándose por cuatro travesías, que son la calle del Trueque o de los Cambios, título que creemos tomó por haber sido el punto destinado en aquel barrio para recoger o cambiar las monedas, en virtud de la pragmática de los Reyes Católicos de 13 de junio de 1493, en que se prohibió la circulación de las antiguas. En aquel barrio dicen que el trueque fue el de un niño de padres ricos que dieron a criar, y muerto, lo cambiaron por otro, para que el segundo, de origen pobre, disfrutase las venturas del primero; pero ni dan más pormenores ni una razón que lo saque de las condiciones de un cuento.
La calle de Juan Palo, nombre y apodo de uno de sus antiguos vecinos, cuentan que era un buen Juan Lanas a quien su mujer trataba con el más despreciativo rigor, gastando lo que ganaba y sin cumplir todos los deberes de una buena esposa, valida del carácter bondadoso de aquel infeliz, que todo su consuelo era irse a quejar a su madre, la que le decía que ninguna medicina era tan eficaz como una buena dosis de acebuche, repitiéndole muchas veces: "Juan, palo, palo en ella, que el loco por la pena es cuerdo", hasta que su hijo se revistió del carácter de autoridad y con aquellas medidas logró cambiar el de su mujer, quedándole el apodo de Juan Palo, por lo mucho que su madre le repetía estas palabras.
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