miércoles, 12 de enero de 2011

Que vivan las valientes

A ninguno de nosotros nos resultarán nuevas las fotografías de algunas imágenes durante la 2ª República siendo escondidas en cajones, sacadas de las iglesias por las noches, custodiadas en las casas de los Hermanos Mayores...

Virgen de la Amargura en Julio del 36

Virgen de la Amargura en Julio del 36
Esperanza Macarena en Julio del 36

Sin embargo, no por ser estas las imágenes más conocidas son las únicas. Muchas imágenes de nuestro entorno sufrieron exilios similares, debiendo ser escondidas por las personas cercanas a las propias hermandades, a riesgo de ser descubiertas y por supuesto, condenadas.

En Puente Genil se vivió una situación similar con la imagen de la Purísima, Patrona del pueblo y de la que hablaremos más adelante. Gracias a la decisión de Doña Juana Damián Cáceres, Doña Josefa Velasco López y Doña Rosario Muñoz Contreras, la imagen permaneció "oculata y libre de los acontecimientos de la Guerra Civil"

En recuerdo de aquel episodio, en la calle Horno se instaló el siguiente retablo que lo explica y lo recuerda.


Como en otros tantos casos, fueron algunas valientes las que se atrevieron a custodiar a la preciosa imagen de la Purísima, poniendo en riesgo su propia vida. Por tanto, ¡¡Que vivan las valientes!!

2 comentarios:

  1. El espíritu materno de las/nuestras mujeres se pone de manifiesto incluso en estos momentos de peligro. Ellas cuidan de nuestros hijos, de nostros mismos, e incluso, como en estos casos, de nuestra fe.
    Como dice el post, Que vivan las valientes

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  2. Imagino que a esto se refiere más de uno cuando habla de alianza de civilizaciones.

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