En 1890, preparado para su salida procesional, el grupo escultórico de Nuestra Señora de las Angustias esperaba sobre sus pequeñas andas custodiada por cuatro pequeños angelitos pasionistas.
Cada uno de los cuatro porta un atributo de la Pasión de Jesús, como son las escaleras, las tenazas, la lanza y la caña con la esponja, mostrándolos al espectador como reflejo sufrimiento pasado por el titular de la Hermandad antes de llegar a los brazos de la madre.
Tras 123 años de aquella instantánea, la hermandad de las Angustias ha restaurado las cuatro tallas, contando para ello con el imaginero Antonio Bernal.
Desde Costaleros del Calvario felicitamos a la hermandad de las Angustias por la recuperación de parte de su historia a través de estas lindas imágenes, así como al imaginero por su delicada labor.
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