Sin lugar a dudas de lo que más orgullosos podremos sentirnos cuando seamos llamados al cielo, será de lo que hayamos enseñado a nuestros hijos. De los momentos en los que de rodillas, les hayamos mostrado cómo funcionan sus juegos, de cuando les hayamos enseñado a cantar y a pintar.
Sin embargo sobre todos ellos, destacarán aquellos en los que hayamos enseñado a rezar a los angelitos que tenemos con nosotros; porque precisamente la oración y la fe, será lo que les quede de mayores.
Porque... ¿Hay algo más bonito en el mundo que ese momento de oración en común?
Y tras la magnífica Exaltación de José Carlos Rubio Valverde a la bellísima imagen de la Candelaria, tras tantos versos, sentimientos y marchas procesionales... lo más bonito fue cuando, ajeno a toda Córdoba, José Carlos se agachó para enseñarle a una de sus hijas cómo había rezado a la Señora.
Sentimos haberte robado ese momento, querido Exaltador, pero sin ese detalle...
Ole, ole y ole!!
ResponderEliminarMomentazo!!!
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