Cuentan las malas lenguas que justo al lado estaba el despacho de IU en Sevilla. Que cosas tiene Sevilla, un comunista disfrutando todos los días del trono de la Madre de Dios, que envidia.
Efectivamente eso es lo que se cuenta... pero el arte no entiende de colores. ¿A quién le podría molestar tener delante una obra de esta magnitud?
Cuentan las malas lenguas que justo al lado estaba el despacho de IU en Sevilla. Que cosas tiene Sevilla, un comunista disfrutando todos los días del trono de la Madre de Dios, que envidia.
ResponderEliminarEfectivamente eso es lo que se cuenta... pero el arte no entiende de colores. ¿A quién le podría molestar tener delante una obra de esta magnitud?
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