La JMJ, ha sido un regalo que el Señor me ha hecho a mí y a mi matrimonio. Ha sido un verdadero empujón en mi vida de Fe. Yo el año 2000 asistí a la JMJ de Roma, para mi aquello fue diferente, fue mi nacimiento a la vida cristiana. La JMJ de Roma me cambió la vida, me hizo ver la vida de colores, ver la vida con alegría, ya que allí me había enamorado del Señor.
En Madrid ha sido diferente, acudía a la llamada del Señor, que me hacía a través del Santo Padre. Acudía con unas expectativas, que luego el Señor me las ha cambiado todas. Esta JMJ la ha vivido de manera especial, asistía como un joven cofrade y además junto a mi esposa, donde la JMJ nos ha ayudado a hacer más firme nuestra fe, porque nos ha ayudado a fortalecer nuestra oración y nuestro testimonio de matrimonio cristiano.
La JMJ ha sido un sinfín de vivencias, de testimonios, de cosas que voy asimilando poco a poco y que voy guardando en mi corazón para poder llevarlas a la práctica.
Ha sido impresionante ver la universalidad de la Iglesia. Era digno ver miles y miles de jóvenes que vivían y compartían una misma Fe. Te emocionaba ver la alegría que llevábamos todos los jóvenes, aunque con idiomas diferentes, pero hablamos el mismo idioma, el idioma de Dios. Nos saludábamos con gestos, con sonrisas, nos intercambiábamos cosas, en definitiva era un ambiente donde se notaba que el Señor estaba entre nosotros.
En la JMJ se ha comprobado que los jóvenes cristianos no somos gente aburrida, seria, antigua, etc.… En Madrid se ha visto como es la juventud cristiana, una juventud sana, moderna, alegre, divertida, que canta, que baila, en definitiva que nos lo pasamos muy bien.
Habido momentos malos, donde grupos de personas insultaron, agredieron a jóvenes, tan solo por ser católicos. Pero ya lo dijo Jesús: “Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa…” Estos actos a mí me han hecho reafirmarme más en mi Fe y para amar más a la Iglesia y al Papa.
El Papa nos dijo en Barajas: “Que nada, ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis del Señor”, nos dijo que teníamos que ser valientes, jóvenes alegres. Y que no tuviéramos miedo, ya que Cristo lo da todo y no quita nada.
Me quedo con los vivencias compartidas en las catequesis matinales, donde el Señor nos ha regalado el saber que en otros países viven la Fe igual que nosotros, me quedo con los testimonios compartidos en el grupo A3 de nuestra Diócesis, en el camino de vuelta, donde todos supimos lo que había supuesto la JMJ para cada uno y algunos eran verdaderas catequesis, y me quedo con los lazos de unión creados en el grupo, donde juntos hemos compartidos experiencias de Fe, que han marcado nuestra vida.
Recuerdo la alegría de los jóvenes en el acto de bienvenida al Papa, donde nos dijo que edificáramos nuestra vida sobre Cristo y la arraigáramos en El, para que en nuestra vida nada nos hiciera temblar y reinara la paz en nuestro corazón.
Durante el Vía Crucis viví momentos inolvidables, como los textos de las Hermanitas de la Cruz que nos acercaron a la Pasión de Cristo y a la pasión que viven jóvenes cristianos hoy en día en lugares de persecución y de sufrimiento. El momento de la Saeta durante el Vía Crucis, fue donde me hizo reafirmar mi condición de cofrade, y de seguir trabajando en nombre del Señor en las Cofradías. La emoción y las lágrimas de unos jóvenes cofrades, al ver al Santo Padre pasar junto a ellos, y al ver la Cruz que ellos llevaron hace unos meses en Córdoba, me hicieron ver que todo el trabajo realizado en el último año, había merecido la pena.
Pero sobre todo, me quedo con lo vivido en Cuatro Vientos, donde en cuestión de horas, pasamos de asfixiarnos de calor, a casi ahogarnos. Fue impresionante ver como dos millones de jóvenes cristianos estábamos allí reunidos. Y como a pesar de las inclemencias del tiempo, nunca nos faltó la alegría.
Marcará mi vida, el haber visto y oído, como dos millones de jóvenes adoraban en un escalofriante silencio a Jesús Sacramentado, todos de rodillas ante el Rey de Reyes, aunque tuvieras un charco delante.
Durante la Vigilia, y durante el aguacero, el Papa fue el primero en no moverse, aguanto allí, como otro joven más. Y demostró la complicidad que tiene con los jóvenes, cuando nos dijo que habíamos vivido una aventura juntos y que estaba orgullosos de nosotros.
Por último, nos hizo ver que seguir a Jesús es caminar en comunión con la Iglesia, que no podemos caminar solos.
En definitiva, esta JMJ me ha hecho, reafirmar en mi vida mi compromiso cristiano, el saber que soy un privilegiado porque tengo a Jesús en mi vida, el saberme mimado por Él. Me he dado cuenta que el mundo de hoy le hace mucha falta Jesucristo, porque el hace nuevas todas las cosas. Y que ahí tengo que estar yo. Me ha ayudado a ver que la Iglesia está viva y que es joven. Y que la Iglesia necesita una fidelidad jovenarraigada y edificada en Cristo, firme en la fe. Y gracias a la Virgen María he aprendido a ser más humilde.
Esta JMJ, ha sido una experiencia que ha marcado mi vida, y que nunca olvidaré. ¡¡¡¡NOS VEMOS EN RÍO!!!!
Texto y Fotografías: Antonio Joaquín Santiago Moreno
Enhorabuena y gracias por compartirlo con todos nosotros.
Enhorabuena Antonio por todo lo vivido y muchas gracias por compartirlo con nosotros
ResponderEliminarUn Fuerte Abrazo
Muchas gracias Antonio por transmitirnos tus vivencias a todos nosotros. Y aunque tu estás muy unido a todos a través de nuestra vinculación a Jesús Nazareno y la Virgen de Villaviciosa, espero que muy pronto podamos compartir nuestra Fe en este grupo humano que representa este blog, siendo uno más de los nuestros, pero por supuesto sin renunciar a nada.
ResponderEliminarGracias Antonio por hacernos ver desde un prisma espiritual las vivencias de la JMJ.
ResponderEliminarY ya sabes, si te echan el guante hay que recojerlo.
Un saludito desde Kenya.
Muchas gracias por dejarme participar en vuestro blog. Por unas cosas y otras, ya me siento medio parte de vosotros, y Rafa cojo el guante, en el 2013, si Dios quiere, sera ya uno de vosotros totalmente. Gracias por darme el cariño que siempre me dais. Un abrazo a todos.
ResponderEliminarQuerido Antonio, no deberías decir "vuestro blog", sino "nuestro blog", porque desde siempre hemos entendido que este blog es de todos los que lo visitamos a diario y compartimos nuestra visión de la Semana Santa y la Fe a través de él.
ResponderEliminarTu relato me ha hecho recordar muchas cosas, y aunque entre dos millones de jóvenes no te ví, doy gracias a Jesús con la Cruz al hombro (bajo cualquiera de sus advocaciones)y a su/nuestra Bendita Madre por haber podido compartir aquella experiencia contigo, como dijo su Santidad y tú bien has recordado, y por haber podido vivir contigo aquella aventura...
Gracias por haber sido uno más de todos aquellos que me hicieron ver que no estamos solos, aunque a veces nos dé la sensación, y por supuesto, gracias por compartir con nosotros tu visión de lo que fue la JMJ.
Cuando quieras puedes recoger el guante que veo te han tirado desde Córdoba y recordado desde Kenya, aunque no olvides que desde siempre has formado parte de la familia de Costaleros del Calvario, por lo que entra en ésta, tu casa, cuando y como quieras.
Un abrazo
Muchas gracias David por tus palabras. Yo tambien doy gracias a Dios por haber compartido juntos la experiencia de la JMJ, aunque no nos vieramos.
ResponderEliminarY por ultimo, estoy convencido de que grupos como este hay pocos en nuestras Cofradias. Enhorabuena. Un abrazo a todos.