Organización de la Procesión Oficial del Santo Entierro de Córdoba. Viernes Santo, 15 de abril de 1938 |
La carrera o itinerario seguido, con algunas variaciones respecto a los años en los que el cortejo comenzaba y finalizaba en la parroquia de El Salvador y Santo Domingo de Silos (La Compañía), fue el siguiente:
Curiosamente, y según las crónicas de la época, las calles Cardenal González, Librería (actual Diario Córdoba) y
Claudio Marcelo, fueron donde más público se reunió.
Paso de Nuestro Padre Jesús Caído 1935. Diario Azul |
Una vez alcanzada la Plaza de las Tendillas (en años anteriores, la Parroquia de El Salvador y Santo Domingo de Silos), los pasos eran trasladados de regreso a sus templos, lo cual sirvió a la Córdoba cofrade de las últimas décadas para quitarse la espinita de la práctica inexistencia de procesiones por sus calles.
Magnífica la entrada y magnífica la aportación histórica. Entradas como esta ratifican la existencia de una Semana Santa en Córdoba durante unos tiempos pretéritos y difíciles para nuestra ciudad y nuestro país. Entradas como esta nos demuestran el duro trabajo realizado por nuestros antecesores para conseguir la rápida evolución de nuestras hermandades en tan escaso tiempo (podemos recordar el año 1986, apenas medio siglo después, cuando el Señor del Calvario estrenaba el actual paso procesional y que servía como revulsivo patrimonial y estético en dicha época). En definitiva, entradas como esta demuestran que es posible contar la historia a través de las cofradías y que en Córdoba hay personas cualificadas para llevar a cabo esa labor y aportaciones de este género demuestran la inutilidad que es ocupar el espacio virtual que nos ofrece internet para provecho personal y crítica destructiva de nuestras hermandades.
ResponderEliminarNuevamente felicidades y a continuar con esta gran labor.
Esta es la verdadera crónica de la Semana Santa de Córdoba. Más allá de nimiedades como el estreno de una túnica, llamador o palio, descubrir cómo nuestros abuelos superaron las amenazas reales, las prohibiciones oficiales o las crisis que no permitían alimentar a la propia familia, es una verdadera lección de cómo querer a las cofradías.
ResponderEliminarTomémoslo como ejemplo y aprendamos a no poner excusas de ningún tipo, sobre todo económicas, para avanzar y engrandecer a nuestras hermandades.