Para hacernos una idea de las circunstancias que se vivían en Córdoba durante aquella Semana Santa de 1938, haremos un recorrido por las hermandades y cofradías que participaron tanto en la procesión oficial del Santo Entierro como en el resto de actos celebrados durante la Semana de Pasión.
Aquella Semana Santa de 1938 se celebró desde el Domingo de Ramos 10 de abril hasta el Domingo de Resurrección 17 de abril, lo que la convirtió en una de las más tardías del siglo XX. Tras la aciaga Semana Santa de 1936, Córdoba se preparaba para vivir una nueva Semana de Pasión tras la vivida tan sólo un año antes, en la que se vieron en las calles de Córdoba las imágenes del Huerto, Amarrado a la Columna, Calvario, Nazarena (bajo advocación de Nuestra Señora del Mayor Dolor o Soledad), Santísimo Cristo de la Misericordia (antigua imagen del Santísimo Cristo de la Salud, venerada durante siglos en la iglesia de la Magdalena y que se estrenaba con su nueva hermandad de la Misericordia), Caído, Mayor Dolor en su Soledad, Nuestra Señora de las Angustias, así como las imágenes de Santísimo Cristo de Gracia, Expiración, Santo Sepulcro y Dolores, como imágenes participantes en la Procesión Oficial del Santo Entierro.
Adicionalmente a ellas, el Domingo de Resurrección por la tarde procesionaron las imágenes de Jesús Resucitado y La Virgen de la Salud, con una afluencia más que notable, como era habitual.
Estampa costumbrista de la Plaza del Potro a principios del S. XX |
De esta manera parecía como si la Córdoba Cofrade comenzara a despertarse de su largo letargo de más de un siglo, viviéndose en 1938 una Semana Santa tan especial, como iremos explicando a continuación.
El mismo Domingo de Ramos 10 de abril de 1938, quedaron expuestos en la Real Iglesia Parroquial de San Lorenzo, desde las 15.30 horas, los pasos de Nuestro Padre Jesús del Calvario acompañado de la Verónica (obra de Juan Martínez Cerrillo) y el de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza bajo palio (también obra de Juan Martínez Cerrillo), que la hermandad del Calvario estrenaría ese mismo año. Junto a los pasos, quedarían expuestos el estandarte, bandera e insignia de la Hermandad. Y tal debió ser la expectación generada por dicha "exposición", que el "desfile" de fieles duró hasta bien alcanzada la noche.
Mayor Dolor y Esperanza, 1938 (Fotografía de la familia González García) |
Fenomenal artículo, enhorabuena
ResponderEliminarA ver si de una vez por todas en San Lorenzo se dan cuenta cual es la cofradía del barrio de una vez por todas. Las piedras de la Parroquia lo saben desde hace siglos y la historia así lo demuestra.
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