El pasado fin de semana, cuando Córdoba celebraba sus magníficas Cruces de Mayo, aproveché un huequecito entre comuniones y la beatificación de nuestro querido Juan Pablo II para pasear entre algunas de las cruces instaladas por nuestras hermandades.
Y aunque la percepción general fue muy buena, lo cierto es que al llegar a San Hipólito me llevé una grandísima decepción pues contemplé cómo los wc portátiles se han instalado justo debajo de los retablos cerámicos de los titulares de mi querida hermandad de la Buena Muerte.
Retretes bajo los retablos de la Hermandad de la Buena Muerte. Cruces de Mayo 2011 |
Se me ocurren muchos emplazamientos mejores, porque la visión de varias filas de personas, vaso en mano, esperando su turno debajo de mis titulares, no es de aquellas estampas que quisiera guardar en la memoria. Por supuesto, por no hablar del hedor que ha quedado bajo las imágenes, ni del reguero que sale desde estas letrinas portátiles, que además de ensuciar el entorno de estos retablos, no invitan precisamente a acercarse a ellos cuando se pasea por el entorno de San Hipólito.
Lo malo de adquirir patrimonio es que posteriormente es nuestra obligación el mantenerlo, y al igual que se limpia la candelería, incensarios y demás elementos del cortejo antes de la Estación de Penitencia, hay que intentar mantener lo más dignos posibles los retablos con nuestros titulares. Y desde luego, si el que instaló los wc no supo mirar para arriba, algún miembro de la corporación de San Hipólito debiera haber visto el mal emplazamiento elegido, y por supuesto, haberle dado solución.
Retretes bajo los retablos de la Hermandad de la Buena Muerte. Cruces de Mayo 2011 |
Fdo: David S. Pinto Sáez, hermano y costalero del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Me recuerda un poco a los módulos que la hermandad del Socorro instala en la puerta de la Ermita. Con las ganas que tenían de tener otra vez la Ermita abierta.
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