Como curiosidades adicionales a la entrada de ayer sobre la celebración del Corpus Christi de 1912, podríamos comentar que en la propia tarde del jueves se celebró la llamada "novillada del Corpus", que a tenor de las crónicas no debió tener mucha aceptación, pues la entrada fue bastante floja. No obstante, a las cuatro y media en punto ocupó la presidencia el concejal don Enrique Villegas Montesinos, dando comienzo la fiesta con toros novillos de don Agustín Páez (anteriormente de los Castellones), a estoquear por los diestros Cándido Fernández "Moni", Juan Campuzado y Ángel Cepa "Cepita".
El resumen fue una corrida muy animada, con un ganado "superiorísimo", muy igual y muy bien cuidado.
Al finalizar la corrida, el paso de la Victoria se encontraba muy animado (se estaba celebrando la feria), aunque por la noche la concurrencia a la feria era muy escasa a causa de la desagradable temperatura reinante (más propio del otoño), dándose la circunstancia de que la mayoría de las tiendas se encontraban ya vacías por haberse ido muchos de los feriantes hacia Granada.
La función de fuegos artificales a cargo del taller de pirotécnia de la señora Viuda de Sánchez agradó al público por la variedad y novedad de las piezas quemadas.
En la tienda del Círculo de la Amistad se reunió lo más selecto de la sociedad cordobesa para despedirse dignamente de la feria, resultando la velada "deliciosa".
Durante la tarde noche del miércoles previos al Jueves de Corpus se celebró la "Velada del Corpus", celebrada en la calle del Ayuntamiento. A tenor de las crónicas, la asistencia debió ser muy numerosa, pues la calle pareció quedarse pequeña, resultando casi imposible el tránsito en algunas ocasiones.
La Banda Municipal amenizó la verbena entre las nueve y las once de la noche, estado ya instalado el precioso altar que serviría para la procesión del día siguiente, como ya se ha dicho anteriormente, instalado delante del Ayuntamiento, habiéndose instalado iluminación en los balcones del propio Ayuntamiento, así como los de otras muchas casas de la ciudad, destacándose por su profusión los de la casa de don Carlos Carbonell.
Estación de la Custodia de Córdoba frente al altar instalado frente al Ayuntamiento. Años 50 |
Y como anécdota más que curiosa, podemos citar la que se publicaba en el apartado de Gacetillas del viernes 7 de junio de 1912, bajo el título de "Valientes", y que decía así:
Anteanoche, mientras se celebraba la Velada del Corpus en la calle Joaquín Costa, dos individuos, Rafael Fonseca y un tal Ricardo, seguían a unas señoritas pronunciando palabras mal sonantes.
Como les amenazase Antonio Repiso, que las acompañaba, aquellos la emprendieron a patadas con él y con otro sujeto que también acompañaba a las señoritas, llamado Amador Sanz Castro, a quien le rompieron el sombrero.
Los dos individuos en cuestión fueron denunciados por el guardia municipal número 56.
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