Hoy, jueves 7 de junio de 2012, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad del Corpus Christi. En años anteriores hemos hablado sobre los orígenes de dicha festividad, sobre Santa Juliana de Mont Conrillón, el milagro de Bolsena, el Papa Urbano IV, las tarascas, autos sacramentales, etc.
Sin embargo hoy, queremos hacer un pequeño recorrido por aquel Jueves de Corpus de 1912, hace ahora justo 100 años (casi imposible más exacta, pues la festividad del Corpus se celebró el 6 de junio), para entender cómo se desarrolló aquella festividad por parte de nuestros abuelos, y darnos cuenta, de que no han cambiado tantas cosas en este último siglo (textos extraídos de las crónicas de Diario de Córdoba):
Con la extraordinaria brillantez que revisten todos los actos del culto católico y principalmente los del día de ayer, se celebró en esta capital la solemne procesión del Corpus.
En las calles de la carrera, enarenadas y regadas previamente, y ostentando en todos sus edificios colgaduras, había menos animación que otros años, a causa, sin duda, de haberse perdido ya la costumbre de que esta procesión se verifique por la mañana.
La mayor concurrencia estaba en los alrededores de la Catedral y en las calles de San Fernando, Librería y Ayuntamiento.
El regimiento de infantería de la Reina cubrió toda la carrera.
Poco después de las ocho salió la comitiva de la Basílica, por la puerta de Santa Catalina en la forma siguiente:
Batidores a caballo de la guardia municipal, acogidos en el Asilo de Mendicidad y en la Casa Socorro Hospicio, distintos fieles con velas, los niños tarcicios y los cofrades de la adoración nocturna con sus banderas, las cruces y el clero de las parroquias, los alumnos del seminario conciliar de San Pelagio, una comisión de catedráticos del Instituto general y técnico, el clero catedral, la Custodia conducida por rectores de parroquias y escoltada por individuos del benemérito instituto de la Guardia civil, el arcipreste de la Catedral don José Blanco Sancha de preste con los diáconos, jefes y oficiales de todos los cuerpos de la guarnición, el Ayuntamiento bajo mazas, presidido por el Alcalde y Gobernador militar, una sección de la guardia municipal, la Banda de música del Municipio, un piquete del regimiento de infantería de la Reina con bandera y bandas de tambores, cornetas y música y el regimiento de lanceros de Sagunto.
Altar frente al Ayuntamiento para la festividad del Corpus Christi. Años 50 |
La procesión recorrió las calles de Magistral González Francés, Cardenal González, San Fernando, Librería, Joaquín Costa, haciendo estación en el altar levantado delante de las Casas Consistoriales, plaza del Salvador, calle de Alfonso XIII, Diego León y Duque de Hornachuelos, plaza de Sagasta, calle de Santa Victoria, Ángel de Saavedra, Pedregosa, plaza de Benavente, Céspedes y Cardenal Herrero para penetrar de nuevo en la Catedral.
A las 10 y media penetraba de nuevo en la basílica donde se habían congregado numerosos fieles, a los acordes de la Marcha Real, tocada por las bandas de música, que se confundían con las magestuosas notas del órgano y con el alegre repique de campanas.
Una mañana espléndida contribuyó a aumentar la brillantez del acto.
Curiosamente, este último comentario nos despista, pues si bien al principio de la crónica se hablaba del malestar del periodista por haberse perdido la costumbre de celebrar la procesión por la mañana, finaliza con una referencia a la mañana espléndida, lo cual entendemos que puede tratarse de un error, como veremos en una entrada posterior.
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