Sin lugar a dudas, podemos decir que la procesión con la imagen de San Rafael que se organizó en 1882 (acompañada de la imagen de la Virgen de la Fuensanta y las reliquias de los Santos Mártires) fue una de las más impactantes, junto con la que se organizó en 1795 para trasladar la nueva imagen de San Rafael desde la Santa Iglesia Catedral hasta la iglesia del Juramento; procesión que fue acompañada a su vez de dos batidores a caballo, junto con parte de la nobleza de la época, gremios, ermitaños (curioso), Ayuntamiento en pleno y la tropa (igualmente curioso).
Y no piensen ustedes que la procesión/traslado de dicha imagen fue algo improvisado; muchos de los templos que se encontraban en el recorrido entre la Catedral y San Rafael, solicitaron acoger a la imagen en su interior, lo cual ocurrió en la Iglesia de Santa Clara (donde la imagen permaneció por 6 días como explicaba d. Teodomiro en el paseo anterior), pasando por los Conventos de la Encarnación o Santa Ana hasta llegar la parroquial de El Salvador y Santo Domingo de Silos. Tras dejar la Compañía se dirigió hacia el Convento de Capuchinas, Espíritu Santo y Convento de Nuestra Señora de las Nieves (actual Círculo de la Amistad). Siguió el cortejo por el Convento de Santa Marta y visitó a las Monjas de Gracia, para regresar finalmente a su templo.
No obstante, don Teodomiro también nos habla de algunas otras procesiones:
Muchas son las procesiones que después se han hecho a esta imagen, como en una fiesta de desagravio cuando los franceses evacuaron a Córdoba, en las invasiones de la fiebre amarilla y cólera, y en las rogativas por el alivio de las públicas necesidades, y por cierto que en 1855, cuando se sacó en rogativa en unión de las reliquias de los Santos Mártires y de Nuestra Señora de la Fuensanta, presenciamos un suceso que muchos calificaron de milagro. Al salir esta imagen por el arco alto de la Corredera se cayó una niña desde los segundos balcones al pie de los que llevaban las andas, y reconocida por los facultativos que iban en la procesión la encontraron completamente ilesa.
La devoción de los cordobeses a esta imagen es tan grande que a veces raya en fanatismo, como lo hemos visto en varias ocasiones. Una, cuando la invasión del cólera en Sevilla en 1860, que no sabemos quien cundió la voz de que furtivamente se la iban a llevar a aquella capital, y todas las noches se quedaban en la plazuela algunos vecinos del barrio de San Lorenzo armados de gruesos palos para oponerse a que tal cosa se hiciese. Y en 1861, habiendo dispuesto el Ayuntamiento y el señor obispo que fueran en la procesión varias imágenes, se invitó a esta hermandad para que acompañase la escultura de plata que representa a nuestro Custodio y tiene el Cabildo eclesiástico, y aquélla contestó que no acompañaba más San Rafael que el suyo, por lo que la llevaron los seminaristas.
Fuente: Centuria Histórica donde se expresan los motivos de la confianza de los cordobeses en la protección de el Arcángel Señor San Rafael [...]. Don Manuel Antonio Rodríguez y Góngora, individuo de dicha hermandad. En Córdoba. En la imprenta de Don Juan Rodríguez de la Torre.1795.
No hay comentarios:
Publicar un comentario